Caos

En muchas de las cosmogonías míticas el mundo surge del caos, de un caos primaveral del que todas las formas emergen. Por otro lado, en el dibujo Newtoniano del mundo, hay poco margen para el caos. El mundo se nos aparece con el perfecto orden de un reloj, como simples procesos elementales que determinan estrictamente todo, a todos los niveles, grandes y pequeños. Es solo recientemente que el viejo padre (o madre) caos ha reaparecido. Ahora hemos comprendido que ese comportamiento impredecible y esos patrones maravillosamente intrincados pueden emerger desde leyes matemáticas muy simples: que el orden y la estructura puede generarse de forma espontánea a partir del desorden; y que la misma vida florece precisamente desde la delgada frontera entre el orden y el caos. La revisión de la teoría moderna del caos nos lleva a un viaje hacia la belleza de la naturaleza y su sutileza.

Una guía ilustrada de la teoría del caos muy bonita es la de F. David Peat y John Briggs, Turbulent Mirror, Harper & Row, 1989. ISBN 0-06-016061-6 (en Inglés)